¿A qué joven no se le ocurrió la idea de irse a vivir solo a un piso en Valencia? El deseo de contar con un espacio propio, lejos de la autoridad paterna confronta con la dura realidad que marca el bolsillo. Montar una casa, es decir, alquilar una vivienda, amueblarla y mantenerla mensualmente, implica costos elevados, aun para una persona sola. A eso hay que agregarle que quienes viven esta experiencia deben afrontar los vaivenes económicos y laborales que en la actualidad afectan al mundo entero, debido a la crisis financiera internacional.
Por lo general, quienes se van a vivir solos son de ambos sexos y ocupan una franja de edades que van de 22 a 40 años. En su mayoría son empleados de empresas privadas y profesionales. El común denominador es que eligieron vivir de esa forma por elección.
Para este grupo de personas y aquellos que desean encarar esta aventura existen alternativas que se adaptan a los distintos presupuestos. Eso depende también del estilo de vida que se elija.
Vivir en el corazón de la ciudad como Madrid, Barcelona o Valencia resulta un poco más costoso, que en las poblaciones cercanas a las capitales. Alquilar un piso en una ciudad como Valencia de unos 75 metros cuadrados, cuesta alrededor de 1000 euros, mientras que en otras poblaciones cercanas como Paterna, Burjassot o Moncada, tiene un coste promedio de 650s euros.
Al alquiler hay que sumarle los gastos comunes que se pagan en todos los edificios y que varían según las comodidades qué estos ofrezcan. La ventaja que tiene vivir en el centro es que se tiene todo a mano y los gastos de traslado son mínimos.
Desde unos 10 años a esta parte el alquiler de áticos es de lo más solicitados. Están en unos 1500 euros en los alrededores del centro. En Paterna y Burjassot cuestan unos 900 euros. Por lo general suelen ser alquilados al menos por dos jóvenes solitarios que quieren abaratar costos.
Si se tienen en cuenta los gastos de alquiler, servicios y supermercado, los gastos de una persona que vive en el centro sola puede oscilar entre los 1.500 y 2.000 euros mensuales.
Pero existen costos más bajos para presupuestos menores, una buena manera de disminuir los gastos fijos es vivir en una población alejada del centro, pero la mayoría de los "solos" prefieren vivir cerca de sus trabajos o lugares de estudios. Por eso hay quienes viven cerca de las universidades.
También está la alternativa de buscar una habitación con algún propietario solitario o en un piso compartido. En estos casos los costos varían, según los arreglos económicos entre inquilino y propietario, varían entre 200 y 500 euros.
Para los que viven solos la palabra mágica es "organización". Pagar las deudas fijas como alquiler, impuestos y servicios es fundamental, después, sólo hay que administrar el dinero de manera correcta en alimentos, artículos de limpieza e higiene y por último dejar algo como para tener momentos de esparcimiento. De esa forma se puede tener una experiencia de vida, en la que se aprende a valorar las cosas hechas por uno mismo.
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